Determinar la amplitud y profundidad del surtido de acuerdo con los objetivos comerciales establecidos para conseguir una gestión óptima.
Establecer la ubicación de los diferentes productos/servicios de acuerdo a criterios de rentabilidad e imagen, las especificaciones recibidas y la normativa de seguridad e higiene vigente.
Controlar la eficacia de los criterios de implantación utilizados de forma periódica de acuerdo con los objetivos previstos a fin de proponer si procede.
Medidas que corrijan las desviaciones que se produzcan y los criterios de calidad del servicio aprobados por la empresa.
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